sábado, octubre 21, 2006

Revolución Pingüina V. 2.0


Parece que se acabó el ímpetu. Tal vez, sólo quedó el ímpetu.
Las ideas se desvanecieron, se diluyó el "ánima original" de un movimiento fresco, propositivo, casi mesiánico que nos inundó de esperanzas en una juventud que sólo parecía ser el resultado de la multimedia, del mp3, teléfono celulares multipropósito, del messenger y cuanta porquería aturde las mentes de la actual generación de escolares que llena las aulas del país (es un hecho que la brecha digital ya no existe, todos tienen acceso a la información y a estos artefactos).
Los dirigentes escolares cada vez se notan más virulentos, camorreros, politiqueros cayendo incluso en la grosería. Me parece que cuando las ideas no son suficientes se llega a un punto donde se busca cualquier excusa para victimizarse y llegar a la conclusión falaz de que los compromisos contraídos por la autoridad represora no se cumplieron (lo que es cierto). Sin embargo, para cambiar este negro panorama hay que estar dentro del sistema, buscar los mejores argumentos para demostrar así que la Comisión Asesora Presidencial de Educación no es más que una forma de apaciguar los ánimos y la efervescencia del movimiento secundario. Una medida tan inocua (tal vez inicua) como querer saciar el hambre con un libro de cocina.
Mención aparte merece la política del terror utilizada por las autoridades ministeriales y edilicias para aplacar la incipiente ola de nuevas tomas dentro de los colegios; hemos sido testigos de despliegues de fuerza que intimidarían hasta al delincuente más temerario de la población más beligerante de la capital, esto acompañado de amenazas de cancelación de matrículas y cierres de año escolar para los estudiantes involucrados (por poco y el señor Labbé nos decreta toque de queda).
Como vemos, se da una lógica de violencia y represión, donde ambas partes son culpables: los escolares, por no encontrar mejores medios para demostrar su malestar y proponer una nueva agenda que aborde los temas cruciales de la educación nacional; la autoridad, por despertar en el inconsciente colectivo nacional, la sensación de una mano dictatorial que nunca quiso escuchar y sólo respondió con violencia. Esperemos que el círuclo vicioso se rompa, todo está en las manos de aquellos que piensan con altura de miras en una sociedad mejor.
Todo lo anterior no es más que la flor y nata de un modelo económico que tiene su fin en sí mismo, que se encuentra en la frenética lucha por eternizarse así, tal como está: deshumanizado, individualista, y en manos de una oligarquía ciega, a veces pegada en un pasado doloroso que ni siquiera los rozó y que por obra de doña Fortuna, los posicionó como los emblemas de un democracia caída del cielo... pero como una lluvia ácida, pués es triste, de papeleo, de libro de reclamos, de esos que van directo a un estante para perderse como un "archivo" o, lisa y llanamente, al tacho de la basura, para convertirse en materia orgánia dentro de un vertedero que vacía sus pestilentes líquidos en las plantaciones que nos suministran los nobles frutos del país.
Espero que el germen de mayo crezca y sea el primer paso hacia un país justo, sin desigualdades, de competencia equitativa, en definitiva, un Chile democrático de verdad, no a la chilena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No puedo dejar de pensar en las vueltas de la vida y en lo diluidas que ser ven hoy las ideas, las ganas y las fuerzas...la deconstrucción, el vómito, la pereza, la abulia han ganado. Cómo es que la muerte, en una década nefasta de nuestra historia, produjo que la gente le ganara al miedo y pensara y actuara?, cómo es que hoy un par de amenazas merman las fuerzas?. Me hastía ver a la gente cobarde, me asquea ver el miedo, la gente que no pone ni una mejilla y se mezcla, para perderse, entre la masa. La masa, como un batido para hacer pan, moldeable, manejable, separable, unible, descartable, maleable...la masa, como un queque antes de ir al horno, si no sube no me sirve. Aún todos son la masa, aún los sentimientos se piensan, aún las opiniones las manejan...extraño los ochenta:gente valiente, corajuda, simple, que luchó y murió por un país mejor. Estudiantes a sus aulas a seguir reproduciendo el miedo y la decepción; profesores, a pasar lista, rajar y dictar. El mundo educacional chileno no está preparado para nada mejor. "El peso de la noche" diría Diego Portales.